Los egipcios construían templos para que sirvieran de
vivienda a sus dioses. Como pensaban que los dioses eran inmortales, utilizaron
la piedra como material de construcción, ya que resistía mejor el paso del
tiempo que el ladrillo de barro cocido, más empleado en casas y palacios.
Los templos eran grandes recintos destinados al culto de un
dios determinado.
Los sacerdotes custodiaban allí su estatua. Sus paredes
estaban decoradas con relieves y pinturas. Los templos siguieron un mismo
esquema constructivo.
Se trataba de una arquitectura adintelada o arquitrabada, sin arcos ni bóvedas. Los edificios se realizaban en piedra y se decoraban profusamente con grabados, esculturas y pinturas.
Todos los templos egipcios se construyeron con una
estructura muy similar:
- Una avenida de esfinges, imágenes fabulosas que tenían cuerpo de león y cabeza humana.
- Un obeliscos.
- Dos pilonos a la entrada de un recinto amurallado.
- Un patio porticado interior, donde se recibía a los fieles, denominado, sala hipetra.
- Una sala de columnas, al que no tenían acceso los creyentes, que recibe el nombre de sala hipóstila.
- Un santuario o lugar donde se alojaba la estatua del dios o la diosa.
Sólo el faraón y los sacerdotes tenían acceso al santuario
del templo. Los nobles solo podian acceder hasta la sala hipóstila, mientras
que el pueblo solo tenia permitido el acceso al patio porticado.
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